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A LOSER/ UN PERDEDOR, 2004
     
 
 
   
   
   
   
   
   
   
   

                   
 
Pseudotricera Minima:
UN PERDEDOR DE LA CARRERA EVOLUTIVA

¿Quizá el último superviviente de la subfamilia conocida como Protoceratidae? ¿Un fósil viviente del lejano Plioceno? ¿Una mutación accidental de un bóvido común? ¿Convergencia evolutiva de una familia más cercana de antílope, camélido o bóvido con el lejano y extinto Synthetoceras?
Lo cierto es que en la actualidad no hay consenso entre la comunidad científica. El debate está servido con el hasta ahora único ejemplar, con características inmaduras, casi fetales, del quizá prematuramente bautizado como pseudotricera minima, en alusión a su pequeño tamaño y a sus tres sorprendentes cuernos. Encontrado en un área poco explorada de la selva amazónica, es el único ejemplar vivo conocido y se teme que quizá sea el último superviviente de una especie condenada a la extinción.

En relación con su irremisible extinción, frente a algunas voces que exigen la urgente puesta en marcha de un programa de clonación, se ha abierto una extraña e inusual batalla pseudocientífica. Se trata, sintéticamente, de la siguiente pregunta: ¿merece el pseudotricera desaparecer para siempre? Un debate como vemos más propio de la ética, del derecho o de la política, que del ámbito estrictamente biológico.

Detallamos los argumentos de los contrarios a su clonación y por lo tanto de los defensores de su extinción natural:
Si bien su desaparición es posiblemente producto de la degradación y destrucción de extensas áreas amazónicas, el ser humano debe dejar a la naturaleza seguir su curso en relación con las especies débiles. Muy probablemente, a juzgar por sus características, el pseudotricera fue una especie de futuro dudoso incluso antes de la aparición del homo sapiens. No parecería escandaloso afirmar que la especie encontrada es una excepción y un milagro biológico.

Una especie sin adaptación concreta a ningún medio y de escasas capacidades: Ni veloz, ni corpulenta, ni mimética, ni social; su principal característica es su inadaptabilidad y debilidad.
Su hábitat es reducido: una pequeña porción de selva donde encontraría su única fuente de alimentación, determinadas especies de musgo adheridas a las bases de los troncos de algunos árboles (especialmente valorados por la industria maderera.) De hecho, sus tres sorprendentes cuernos servirían más para rascar las cortezas de las que se alimenta que para defenderse de sus potenciales enemigos, los cuales, como el jaguar, evitarían cazarlo dada la extrema salinidad de su carne.
Incapaz de sobrevivir en cautividad, pese algunos intentos frustrados en los que estuvo a punto de fallecer, es de imposible domesticación, dada su inadaptabilidad y vulnerabilidad.

Para muchos se trata de la especie más inadaptada de la Tierra. ¿Deberíamos esforzarnos en protegerla? Esta es la pregunta dominante en la comunidad científica y en especial de la Zoological Society for the Extinction of Pseudotricera Minima.