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LA PIEL DE BES
La piel de Bes es un canto a la vida. Bes orquesta la música más suave que pueda existir pero poco después es capaz de amenazarte con el fijo de una navaja de plata, hermosa y fría.
La piel de Bes es como la de un niño, si la tocas se te hunden en ella los dedos, perdidos en una morbidez tierna; pero de pronto, por razones que todavía desconozco, esa piel se transforma caprichosamente, se vuelve amenazante, se reviste de púas, dispuestas a agujerearte las entrañas con perforaciones hondas y limpias.
La piel de Bes, perfecta e imperfecta al mismo tiempo, se abre con la imperfección de una mancha o de un grano ciego para cerrarse con la perfección y la magia de la seda.
En la confusión de una noche de amantes, la piel de Bes se desliza sobre las pieles humanas pero con cada una de ellas de forma distinta, pues la manipulación es uno de sus principales atributos. La piel de Bes es una piel de tigre que cubre la vulnerabilidad humana, una segunda piel que amas porque te protege de tu parte oscura, ésa que sólo llegarás a conocer del todo al final de tu vida.
M. Miras, mayo de 2010 |
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